En el instituto donde estudié organizan unas jornadas a final de curso enfocadas a los alumnos de último año. En esas jornadas van estudiantes de universidad, de Formación Profesional y también gente que ya trabaja a contar su experiencia.
El objetivo es que los estudiantes tengan un mayor control de su vida.
Puede que lo que les dije el primer año te ayude a cambiar el chip a ti también.
En mi exposición, entre otras perlas, dije que cuando sales al mundo real te das cuenta de que muchas cosas no se hacen solas y que tienes que hacerlas tú.
Por ejemplo,
dije que la nevera no se llena sola o
que los calzoncillos no se recogen solos.
Año tras año cuando acudo de nuevo a participar, el director del centro siempre que me ve me dice que le encantó mi frase sobre los calzoncillos.
Y es que, llega un momento en el que te das cuenta que quieres tomar el control de tu vida.
Porque ya ni ni tus padres ni tus profesores tienen que decirte cómo hacer una cosa o cómo hacer la otra.
Tú eliges qué vas a hacer tras el instituto.
Tú eliges un trabajo u otro.
Tú eliges independizarte e irte a vivir por tu cuenta.
Y pasas a conseguir dinero para llenar tú mismo la nevera y pasas a lavarte y a recogerte tú mismo los calzoncillos.
Casi seguro que coincides conmigo en
que esto es lo natural,
que esto es lo normal y
que esto es lo que hay que hacer.
PERO.
Pero sabes que ahora mismo sigues sin tener el control total de tu vida.
Porque te siguen imponiendo unos horarios, una forma de trabajar y de hacer las cosas.
Para pasar a tener un verdadero control de tu vida, es aquí, tengo un curso que te dice paso a paso cómo lanzar tu proyecto emprendedor.
Si todavía no estás preparado, lo entiendo.
No lo comparto, pero lo entiendo, poco a poco lo estarás.
Porque tener control sobre tu vida
es lo natural,
es lo normal y,
es lo que hay que hacer.
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