Ayer recibí una notificación de amistad por facebook que me llevó a mi adolescencia más pura. Quién fue no importa.
Importa la historia y te la cuento.
Porque si estás dudando entre emprender o seguir trabajando para otro creo que te vas a ver reflejado.
Voy.
Hace 15 años no existía whatsapp ni tinder.
Y lo de las redes sociales como que no se llevaba mucho.
Por lo que ligar se hacía de frente y sin tapujos.
Entrar, presentarse, pedirse el teléfono, llamarse…
Intercambiar algún SMS que otro.
¿Sabes de lo que hablo no?
Bien.
Una vez hace 15 años ligué.
De la manera tradicional.
Y no sé para ti, pero para mi yo de 17 años fue una enorme noticia.
Ya que no era para nada lo habitual.
Conocí a una chica en unas fiestas de Móstoles.
Nos dimos los teléfonos y tras unos días quedamos para merendar por el centro de Madrid.
La merienda fue guay.
El paseo post-merienda fue bastante guay.
Las miradas y acercamientos en la despedida fueron muy guays…
Y…
Y nada.
Porque no me atreví a darle un beso.
Perdón, “el beso”.
Porque hubo un momento claro para el beso.
Lo recuerdo como si fuera ayer.
Estábamos en los pasillos de la estación de Metro de Avenida de América, donde cada uno tenía que coger su línea de metro correspondiente.
Los 2.
En un pasillo.
Apoyada ella contra la pared y yo muy cerca de ella.
En una despedida de estas eternas donde ninguno se quiere marchar
Como en las pelis que aunque estés rodeado de gente en realidad sientes que el mundo está parado para los dos.
Pues nada.
No hubo beso.
No beso, no glory.
Cada uno para su casa.
¿Y qué más?
Pues no hubo más.
Me preguntarás que por qué no la llamé.
La llamé, pero no hubo una nueva ocasión.
Porque la vida son momentos que los atrapas o se escapan.
Durante días y semanas me arrepentí mucho de no darle ese beso.
Total, ¿qué habría perdido?
Supongo que no se lo di por miedo al fracaso, por miedo a qué diría, por cagarla, por esperar… osea por pringao.
Y tú, que ahora mismo eres un melón que da los mejores años de tu vida y las mejores horas del día a una empresa, no tienes que ser igual de pringao que yo fui para que dentro de 5, 10 o 20 años lamentes que nunca lo intentaste.
No te digo que te tires ya a la piscina.
Solo que veas que hay una piscina
Que igual el agua está buena.
Y que nadar en ella puede ser lo mejor que hagas en la vida.
Para tirarte a la piscina y saber que hay agua en ella tengo una newsletter diaria
Para melones pringaos que se arrepienten de no actuar, no tengo nada.
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