Hace 2 años me operé de la vista.
Bueno, lo hizo un profesional claro, yo no tengo ni idea.
Si no has llevado gafas nunca podrás entender la liberación que esto supone.
Han pasado 2 años, más de 750 días y no hay día que dude que fue una decisión acertadísima que me cambió la vida.
Pero eso no lo pensaba los días anteriores.
Y mucho menos la noche previa a la operación
La noche anterior estuve en vela, no pude dormir.
Nada.
Comiendo techo toda la noche.
Y es que yo veía.
Y podía hacer una vida normal.
Trabajaba, conducía, hacía deporte.
Este paso era un plus.
Un extra.
Un aumento de calidad de vida
Un ir a más.
¿Pero y si por intentar conseguir ese extra acababa teniendo algún problema grave de visión?
Ese fue mi pensamiento durante toda la noche.
8 horas de soledad en mi habitación pensando en si algo iría mal.
Finalmente llegó el momento de la operación y todo fue genial.
Lo más impactante fue quitarme las gafas sin saber que nunca más las usaría.
Me las quité y las dejé junto al resto de mis cosas.
No tuve tiempo ni de despedirme.
Ni siquiera vi a través de ellas una última vez.
A los pocos minutos de salir del quirófano ya veía bien.
Tuve unos momentos de molestia en los ojos pero ya veía nítido.
Por primera vez en mucho tiempo veía el mundo con mis propios ojos,
sin unas gafas o unas lentillas que me ayudaran a verlo.
Me había quitado ese peso que tanto llevaba conmigo.
Si no has llevado gafas no puedes valorar esta sensación.
Pero es muy parecida a la que me cuentan las personas que dejan su trabajo actual para emprender por su cuenta.
Se quitan la lente a través de la que les obligan a ver el mundo:
con unas reglas,
con unos horarios,
con unos procedimientos…
Y pasan a ver el mundo por primera vez a través de su propios ojos:
con SUS reglas,
con SUS horarios,
con SUS procedimientos.
Yo no sé operar de la vista.
Pero sí sé cómo ayudar a emprendedores a dar ese paso que les permita ver con sus propios ojos.
Todo lo que he aprendido estos años y lo que he compartido con estos otros emprendedores lo cuento aquí, en mi newsletter diaria.
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