Lo que tienes que saber sobre los contratos indefinidos

Aprovechando una visita rápida a Madrid quedé con mi grupo de amigos de la universidad.

Somos 6

Fuimos 5

 

Mi amiga Esther no vino porque fue a acompañar a su hermano a comprarse un coche nuevo.

 

La razón por la que el hermano de Esther decidió comprarse un coche ahora es porque “le habían hecho indefinido en su empresa”. 

 

No diré hoy aquí que comprarse un coche nuevo es la peor idea que puede tener un ser humano en sus años de vida, no, eso hoy no toca.

 

Hoy hablaremos de la falsa seguridad que le provoca a una persona tener un contrato fijo o indefinido y por qué esa seguridad no tiene ningún sentido. 

 

Y cuando veas cómo funciona el despido pasarás a pensar como yo. 

 

Aunque existen muchos tipos de contrato, en realidad, en la práctica se acaban utilizando 2: 

– contrato temporal 

– contrato indefinido

 

Contrato temporal, como su nombre indica, es que contratas a alguien para un tiempo concreto. Y el contrato indefinido pues que no pones límite a esa relación.

 

No poner límite no significa que vayáis a estar juntos para toda la vida. 

Y todos conocemos a amigos que llevan encadenando contratos temporales desde que entraron hace años en su empresa.

 

Al final, si una empresa quiere despedir a un trabajador lo hace igual tenga un contrato temporal o un contrato indefinido. Le avisa con 15 días de antelación como dice la ley y le paga el finiquito correspondiente (cuya cantidad va en función de la antigüedad y para nada del tipo de contrato). 

 

Tanto si tienes un contrato fijo (o indefinido) como uno temporal estás igual de expuesto a los deseos de tu empresa de contar contigo o de despedirte. 

 

No hay más

 

El hermano de mi amiga Esther se compró el coche.

Un Renault Megane de 18.000 € cuya letra mensual le queda en 120€ al mes.

 

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