Me gusta tener una rutina para empezar el día.
Cada mañana me levanto, me hago un té y me lo tomo tranquilamente en la terraza mirando al mar. Y mientras tanto echo un vistazo a cómo va el mundo: alguna newsletter que agrega noticias, periódicos digitales, algo de instagram…
Me gusta saber qué se escucha, qué se lee y de qué habla la gente.
Tanto para tener material para estos correos como para encontrar oportunidades de negocio.
Ayer no hubo oportunidades de negocio
Pero sí material para el correo de hoy
Y es que me encontré con este titular de una reseña sobre un nuevo libro en El Confidencial:
“Faminazis” contra madres punk: guerra en la maternidad
Fíjate que pone Faminazis y no Feminazis, a mí me costó un par de lecturas darme cuenta ya que era la primera vez que escucha sobre este concepto.
El artículo habla sobre todo de las dificultades de las mujeres para relacionarse con la maternidad a lo largo de la historia pero la parte que más me gustó fue este:
«Dicen que la maternidad es un asunto privado, pero, […] en realidad se trata de un tema «muy, muy, muy público«
Ya sea por culpa de las redes sociales, de nuestros padres, de la presión social o del fracaso o éxito de un amigo cercano, parece que nos vemos obligados a dar cuentas a los demás.
Tú que no das cuenta ni a tu madre (o a tu pareja) de cuándo entras o sales de casa.
Ese mismo tú tienes que dar cuenta vía linkedin, vía instagram o vía facebook de que estás lanzando un nuevo proyecto y de lo bien que te va con él.
Por supuesto que tienes que comunicar si estás lanzando algo nuevo y apoyarte (y aprovecharte) de contactos y amigos. Y pedir favores, muchos, todos los posibles, incluso a desconocidos. Pero cuando ya tengas algo.
Antes, cuando estés pensando, cuando estés investigando, cuando lo estés preparando.
Antes, no.
Antes que sea tuyo, y de tu socio, o de tu colaborador, o que lo sepa solo tu pareja, pero nadie más
No te pongas presión sobre algo que aún no tienes creado
No te auto impongas publicitarlo
Esto te quitará presión, te aliviará y te permitirá lanzarlo, o quizá nunca llegues a hacerlo.
Y al haber sido solo tuyo durante este momento, no sentirás esa sensación de fracaso, de desconfianza o de haberle fallado a alguien.
Montar tu propio proyecto es algo privado, es algo tuyo.
Y tú decides cuándo hacerlo público.
Para mí, el momento ideal para hacerlo público es cuando ya tienes algo que mostrar:
- una página de registro porque la beta la lanzas en unas semanas
- una beta
- una web en la que pueden contratar tus servicios
- la tienda online lista aunque sea con unos pocos productos
En definitiva, un producto mínimo viable.
Si lo tienes → lo lanzas
Si estás todavía trabajando en ello → te envío técnicas para poder llevarlo a cabo
Para poder ayudarte, te apuntas aquí abajo.