Como ya sabes desde ayer estoy en Bruselas
Cosas de un premio y tal, pero eso lo conté ayer
Hoy ya no te hablo de mí sino de cómo crees que una cosa es de una manera pero luego es de otra
Lo más famoso de Bruselas
más allá de ser la sede de organismos europeos
es una fuente de un niño meando, que casi nadie fuera de Bélgica conoce su nombre y mucho menos sabe cómo se escribe.
Se trata del Manneken Pis
Si vienes a Bruselas querrás verlo
Y es que Bruselas es tan pequeño que sin querer te darás con la fuente
Ayer iba paseando y al doblar una esquina me la encontré
Lo que más sorprende de la fuente es que, al igual que Bruselas, es muy muy pequeña
Mi ilusión era encontrarme una fuente “tocha”, grande, imponente.
Entiéndeme, no quería ver la Fontana di Trevi pero sí algo que impactara
Pero es que el jodido niño meando está hecho a escala creo, a escala de niño de 9 meses.
Cuando te vas a vivir con tu pareja,
o cuando te mudas de ciudad,
o cuando entras en un trabajo
Piensas que va a ser de una manera
en el noviazgo todo son risas,
en la mudanza todo es ilusión
y en la oferta “Account Manager” suena estupendamente
Pero luego, cuando estás varias semanas bajando tapas, o descubres que llueve más de lo esperado o que da igual lo que ponga en tu tarjeta que pringas como el último mono.
Ahí te das cuenta de que igual no quieres compartir tu vida con esa persona, en ese lugar o hacer esas tareas de mierda.
Si estás en ese punto, con tu novio, novia, novie, no.
Si estás en ese punto con el trabajo necesitas un cambio
Tú lo sabes
Tu novie lo sabe
Yo lo sé
Tienes más potencial y capacidad que estar 8 horas trabajando para otro
Para ponerlo en marcha es aquí