Mi amigo Marcos me lleva por el camino de la amargura.
Desde hace varios años Marcos me dijo que quería emprender.
Que estaba cansado de trabajar para otro.
Que le gustaba lo que yo le contaba de la libertad.
Que además tenía alguna que otra idea en mente…
Pero es mentira.
Y así se lo dije ayer mismo.
Y te voy a contar por qué.
Porque a lo mejor tú tampoco quieres emprender y en realidad te estás mintiendo a ti mismo.
Igual que me dice todo esto, Marcos también me dice que lo ve ve más difícil, lo que más le costaría de emprender sería levantarse cada mañana y decidir qué hacer.
Que él está acostumbrado a que cada diga en su trabajo su jefe, su superior o incluso sus compañeros le digan lo que tiene que hacer.
PERO ES QUE EMPRENDER VA PRECISAMENTE DE ESO.
- De ser tú el que decide qué hacer cada día.
- Cómo hacerlo.
- Y por qué hacerlo.
Para lograr tener el proyecto que tú quieres tener.
Lejos quizás de reuniones cometiempo que no van a ningún sitio.
Lejos casi seguro de informes que nadie acaba leyendo.
Y sobre todo lejos de tareas banales que no van a ningún lado.
Como ves Marcos en realidad no quiere emprender.
Se autoengaña pensando y diciendo que quiere la libertad del emprendedor
pero Marcos en realidad quiere seguir trabajando para otro siguiente las reglas que marca otro.
Y no pasa nada.
Sé que emprender no es para todos.
Emprender no es para mi amigo Marcos y quizá no lo sea tampoco para ti.
Pero si lo que quieres es levantarte cada mañana pensando qué nuevo vas a hacer hoy y que nadie te imponga lo que hacer. Si estás en ese punto
Cada día mando un email diario
Apúntate y me dices.
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